Taipei, 17 Abril.- Platos chinos tradicionales, elementos aborígenes, influencia japonesa y toques de cocina internacional son parte de la fascinante gastronomía taiwanesa, publicó en un reportaje el diario paraguayo "La Nación".
Comer se convierte en una apasionante manera de conocer a un pueblo, cuya diversidad se traduce en una cultura culinaria que conquista paladares.
La comida es tan importante en la cultura china que el saludo más utilizado para iniciar una conversación significa literalmente ¿Has comido?
Es que el concepto de hospitalidad está muy ligado a la mesa. Hasta los alimentos más sencillos tienen espíritu de banquete en la República de China-Taiwán.
"En casa somos cuatro y diariamente preparamos cuatro platos distintos, una sopa, una base de arroz alguna carne y verduras", comenta Diego Lin, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores y guía en el descubrimiento de Taiwán.
Los locales en los que se puede disfrutar de los sabores locales son innumerables. Todos -desde los puestos callejeros de los mercados nocturnos y los desayunadores 24 horas, hasta los comedores tradicionales y los restaurantes fusión- invitan a la aventura.
¿Recomendaciones? Probar todo y preguntar más. La comida que se puede consumir en Taiwán no es la que conocemos como "china" en Paraguay o en gran parte de Occidente.
Las preguntas de los curiosos siempre rondan sobre si se comen perros (costumbre que no es tan extendida en la actualidad) o probar serpientes. Esto último en ciertas zonas de Taiwán es considerado tabú.
Las tribus aborígenes, según explica Sam Ju en "Comida aborigen: Los auténticos sabores de Taiwán", consideran a la víbora de cien pasos un animal totémico. Ese y otros datos se pueden hallar en el libro Un vistazo a la cocina de Taiwán. El material fue editado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de China.
Se pueden degustar recetas enraizadas en las provincias de la China Continental, las heredadas de la época de la dominación japonesa, las que guardan relación con las costumbres aborígenes y hasta las que vienen de otras islas del Pacífico. Los nombres que les dan a los preparados son muy simbólicos y poéticos. Vale la pena dejarse explicar las cosas.